viernes, 7 de diciembre de 2007

La ruta que debes recorrer tú mismo
se encuentra en pulir el espejo de tu corazón.

No es con rebeldía y discordia como se pule,
el espejo del corazón,
el orín del la hipocresía y la incredulidad.
Tu espejo se pule por tu certeza;
por la pureza sin aleación de tu fe.

Si quieres que el espejo refleje el rostro,
sostenlo recto y mantenlo pulido;
aunque el sol no escatima su luz,
cuando se ve entre la niebla semeja sólo vidrio;
y criaturas más bellas aún que los ángeles parecen,
en una daga, tener rostro de demonio.

Tu daga nunca te mostrará la diferencia entre lo verdadero y lo falso,
nunca te servirá como espejo.
Mejor busca tu imagen en tu corazón que en tu arcilla mortal;
libérate de las cadenas que has forjado a tu alrededor,
pues serás libre cuando estés libre de la arcilla.
El cuerpo es oscuro, el corazón es radiantemente luminoso;
el cuerpo es mero abono, el corazón un jardín florido.

Hakim Sanai