Charlotte Joko Beck
Lentamente nos vamos acercando el estado abierto, pero, afrontémoslo, nos dirigimos a un lugar en el que ni nuestras manos, ni nuestros pies ni nuestra mente podrán sostenerse en nada. Puede que se llame liberación, pero durante mucho tiempo nos producirá una sensación de inseguridad...
A medida que salimos tímidamente de nuestro caparazón, estamos abocados a tener miedo y nos aferramos a lo que nos resulta familiar. Si no afrontamos este inevitable proceso con una constante paciencia y afecto, nunca confiaremos en aquello que es sabio y compasivo para relajarnos en un estado libre de ego. Debemos desarrollar poco a poco la confianza de que soltar es liberador...
Un primer paso es comprender que una sensación de terror o de malestar psicológico puede ser un signo de que los viejos hábitos están desapareciendo, de que nos estamos acercando más al estado abierto y natural...
La práctica consiste en investigar compasivamente nuestros estados de ánimo, emociones y pensamientos. Investigar compasivamente nuestras reacciones y estrategias es fundamental para el proceso del despertar.
Se nos anima a sentir curiosidad por las neurosis que sin duda se presentarán cuando nuestros mecanismos de defensa se estén viniendo abajo. Así es como llegamos al lugar en el que dejamos de creer en nuestros mitos personales, al lugar en el que no estamos siempre divididos contra nosotros mismos, resistiéndonos siempre a nuestra energía...
Se trata de una practica continua ... hasta que confiamos plenamente en la libertad de nuestra mente incondicional e imparcial. Nos estamos entregando a cada momento, a cualquier cosa que ocurra en ese mismo instante. Con precisión y suavidad, renunciamos a nuestras queridas formas de vernos a nosotros mismos y a los demás, a nuestras queridas formas de desear controlarlo todo...
Pema Chödrön